Molinos Agro SA: no hay dos sin tres

Molinos Agro, considerada la gran industria del campo argentino, cuenta con un puerto sobre el Rio Paraná, una planta de molienda de soja y 4 acopios. Producto de su estrategia de largo plazo, la firma ha logrado establecerse como actor clave del complejo agroexportador de la Argentina, vendiendo productos con valor agregado, fortaleciendo las diversas plataformas de negocio y trabajando intensamente sobre la eficiencia productiva de la planta ubicada en San Lorenzo y el puerto San Benito integrado a la misma.


Es en la localidad de Lincoln donde se encuentra uno de sus acopios, planta en la que se recepciona, seca y almacena grano de soja. Para tal fin, la firma cuenta con un silo de 20 mil t, dos de 14 mil t y cuatro de 800 t. Allí, el grano llega a granel en camiones, es calado y pesado e ingresa al sector de descarga, procediendo, de ser necesario, al secado, o a su almacenamiento.


El acopio cuenta con una única balanza de camiones. Este equipo permite el control de la soja que reciben y la que despachan a puerto, y ayuda a determinar la magnitud de las pérdidas o ganancias del negocio, considerando que su rentabilidad se mide en las toneladas de granos procesados.


La decisión de un instrumento preciso y exacto que contribuyera a la rentabilidad y facilite las operaciones diarias fue tomada hace unos 30 años. En ese entonces, eligieron las celdas Capcheck con terminal 8142 de Toledo Scale (hoy Mettler Toledo) para pesar sus camiones; se trataba de tecnología analógica de vanguardia. La tecnología digital recién comenzaba a vislumbrarse.


Conformes con los resultados obtenidos, aun sabiendo de la incertidumbre propia de la tecnología analógica, y notificados de su obsolescencia sin acceso siquiera a repuestos, desde la firma deciden, años más tarde, acceder a la tecnología digital, novedosa para el momento. Se trataba de una adaptación del terminal Jagxtreme y celdas MTX; gracias a este cambio accedían a un pesaje más preciso, con la certeza de ser informados ante posibles fallas de las celdas.


La balanza no reportaba errores. Rutina de limpieza y verificaciones periódicas anuales eran suficientes para su correcto y necesario funcionamiento. La rentabilidad y el crecimiento del negocio lo evidenciaba; la balanza de los camiones no era asunto de preocupación para Molinos Agro acopio Lincoln, ni para sus clientes.


13 años habían pasado de esa segunda decisión. Mientras tanto los avances de la tecnología de pesaje se encaminaban a lograr equipos aún más robustos. No solo se buscaba que la probabilidad de fallas fuera mínima, sino poder predeterminar esa probabilidad para evitar la falla. Había más. Ante un error, el propio usuario era quien podía volver a poner en funcionamiento el instrumento.


La precisión era un hecho, la tranquilidad de un funcionamiento que contribuía a la expansión, estaba dada por sentada. Aun así, poder acceder a una seguridad total que garantice un funcionamiento sin fallas, era posible. Eso llevó al acopio a volver a optar por su aliada; en esta oportunidad la electrónica digital con celdas de carga Powercell PDX con terminal IND780, sin cajas de conexiones.


Sin modificaciones en estructuras, ni obras civiles. A través de un intercambio de 3 generaciones de electrónica, el acopio Lincoln supo cómo invertir para aumentar su capacidad productiva, y de almacenamiento, instrumentar mejoras e innovaciones tecnológicas, que han contribuido a la consolidación de la firma en el sector.

 

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Molinos Agro SA: no hay dos sin tres

Molinos Agro, considerada la gran industria del campo argentino, cuenta con un puerto sobre el Rio Paraná, una planta de molienda de soja y 4 acopios. Producto de su estrategia de largo plazo, la firma ha logrado establecerse como actor clave del complejo agroexportador de la Argentina, vendiendo productos con valor agregado, fortaleciendo las diversas plataformas de negocio y trabajando intensamente sobre la eficiencia productiva de la planta ubicada en San Lorenzo y el puerto San Benito integrado a la misma.


Es en la localidad de Lincoln donde se encuentra uno de sus acopios, planta en la que se recepciona, seca y almacena grano de soja. Para tal fin, la firma cuenta con un silo de 20 mil t, dos de 14 mil t y cuatro de 800 t. Allí, el grano llega a granel en camiones, es calado y pesado e ingresa al sector de descarga, procediendo, de ser necesario, al secado, o a su almacenamiento.


El acopio cuenta con una única balanza de camiones. Este equipo permite el control de la soja que reciben y la que despachan a puerto, y ayuda a determinar la magnitud de las pérdidas o ganancias del negocio, considerando que su rentabilidad se mide en las toneladas de granos procesados.


La decisión de un instrumento preciso y exacto que contribuyera a la rentabilidad y facilite las operaciones diarias fue tomada hace unos 30 años. En ese entonces, eligieron las celdas Capcheck con terminal 8142 de Toledo Scale (hoy Mettler Toledo) para pesar sus camiones; se trataba de tecnología analógica de vanguardia. La tecnología digital recién comenzaba a vislumbrarse.


Conformes con los resultados obtenidos, aun sabiendo de la incertidumbre propia de la tecnología analógica, y notificados de su obsolescencia sin acceso siquiera a repuestos, desde la firma deciden, años más tarde, acceder a la tecnología digital, novedosa para el momento. Se trataba de una adaptación del terminal Jagxtreme y celdas MTX; gracias a este cambio accedían a un pesaje más preciso, con la certeza de ser informados ante posibles fallas de las celdas.


La balanza no reportaba errores. Rutina de limpieza y verificaciones periódicas anuales eran suficientes para su correcto y necesario funcionamiento. La rentabilidad y el crecimiento del negocio lo evidenciaba; la balanza de los camiones no era asunto de preocupación para Molinos Agro acopio Lincoln, ni para sus clientes.


13 años habían pasado de esa segunda decisión. Mientras tanto los avances de la tecnología de pesaje se encaminaban a lograr equipos aún más robustos. No solo se buscaba que la probabilidad de fallas fuera mínima, sino poder predeterminar esa probabilidad para evitar la falla. Había más. Ante un error, el propio usuario era quien podía volver a poner en funcionamiento el instrumento.


La precisión era un hecho, la tranquilidad de un funcionamiento que contribuía a la expansión, estaba dada por sentada. Aun así, poder acceder a una seguridad total que garantice un funcionamiento sin fallas, era posible. Eso llevó al acopio a volver a optar por su aliada; en esta oportunidad la electrónica digital con celdas de carga Powercell PDX con terminal IND780, sin cajas de conexiones.


Sin modificaciones en estructuras, ni obras civiles. A través de un intercambio de 3 generaciones de electrónica, el acopio Lincoln supo cómo invertir para aumentar su capacidad productiva, y de almacenamiento, instrumentar mejoras e innovaciones tecnológicas, que han contribuido a la consolidación de la firma en el sector.

 

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