Cualquier proceso de envasado está sujeto a un gran número de características incontrolables, las cuales provocarán una variación en mayor o menor medida sobre el contenido del envase. Ante tal suceso la cantidad realmente envasada podría no corresponder exactamente con la cantidad nominal (contenido especificado en el envase).
Esta es una situación con la que tanto el fabricante como el consumidor han de convivir, aun cuando estas inevitables variaciones de contenido (peso) provoquen la existencia de envases con contenidos inferiores a la cantidad nominal, ya que esto está regulado y permitido por la normativa de control de contenido.
¿Qué hacer frente a este tipo de situaciones? La solución es sencilla, el proceso de fabricación debe ser controlado regularmente, para asegurar el cumplimiento de los criterios establecidos por ley.
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